Entender es Amar – Desarrolla tu actitud de entendimiento

“Entendimiento es otro nombre para amor. Si no eres capaz de entender, no vas a poder amar” – Thich Nhat Hanh

Hace unas semanas atendí a una formación de fin de semana en terapias naturales. En el grupo había un hombre que tenía una pinta peculiar y ponía caras un poco extrañas. Me di cuenta de que algunas personas lo evitaba cuando teníamos que trabajar en pareja, como si no quisieran trabajar con él. Tal vez era por las vibraciones que desprendía y la manera como miraba a la gente.

Más tarde durante la formación, me senté a su lado y, efectivamente, había algo en él un poco raro que hacía que la gente tomara su distancia.

Ya para el final del fin del fin de semana, cuando la facilitadora del taller nos mandó un último ejercicio de recapitulación, me tocó trabajar con él, y, de alguna manera, me acabó contando que era casi completamente ciego. Me explicó que con las lentes de contacto puestas, podía ver más o menos, pero que debido a la escasa iluminación de la sala donde nos encontrábamos, le costaba muchísimo reconocer las caras de la gente.

En ese momento entendí. Esa era la razón por la cual tenía una mirada extraña, porque le costaba ver. El hecho de que mirara a la gente de forma rara era simplemente el resultado de su esfuerzo para intentar ver y, finalmente, poder conectar con alguien.

La etiqueta interna que le había colgado de “raro” se disolvió en un instante, y en aquel mismo momento sentí como mi corazón se abría. Era un nivel de entendimiento incondicional que traía con sí un sentimiento profundo de paz y conexión.

Entendiendo y Soltando

A menudo nos enfadamos con la gente que nos rodea, proyectando nuestras emociones y nuestras frustraciones en ellos cuando no los entendemos. En el momento en que entendemos lo que está pasando, nuestra actitud puede cambiar completamente, creando un espacio de apertura.

Imaginemos que estamos conduciendo y, de repente, el coche de delante nuestro reduce su velocidad. Nosotr@s no sabemos las razones por las cuales está disminuyendo su velocidad, así que nos ponemos nervios@s e impacientes. Quizás incluso tocamos el claxon o verbalizamos nuestro enojo con unas cuantas palabras feas intentando liberar algo de tensión.

Entonces, nos damos cuenta de que hay una anciana cruzando la calle, moviéndose bien despacito.

anciana cruzando

En ese momento, nuestra tensión se suaviza porque entendemos la razón por la cual el conductor de delante disminuyó la velocidad. Él vió algo que nosotr@s no vimos.

Continuando con esta situación, podríamos llevar el ejemplo de entendimiento incluso más lejos, pues también entendemos que la anciana se esté moviendo despacio, porque tal vez la podemos relacionar con nuestra madre o nuestra abuela que también caminan poco a poco. O quizás nos demos cuenta de que, algún día, vamos a ser nosotr@s quienes estemos en esta situación y, de hecho, apreciaremos que haya una conductora que se detenga por nosotr@s.

Cuando entendemos, se produce un cambio mental radical en nosotr@s que sustituye las emociones de reacción y desconexión por compasión y conexión.

Entender es un estado mental

Entender es mas que simplemente una acción. No es solamente intentar entender la perspectiva del otro o como se siente. Sí, esto es una parte, pero entender también es un un estado mental que podemos cultivar, igual que la alegría, el entusiasmo, la tristeza o la frustración son estados mentales que influencian la manera como experimentamos la vida.

Cuando nos sentimos alegres, pensamos, actuamos y respondemos a la vida de una manera determinada – con alegría. Cuando estamos frustrados, pensamos, actuamos y respondemos a la vida de manera diferente – encontrando en cualquier lugar razones para justificar nuestra frustración.

El entendimiento es un estado mental que nos hace sentir en paz, aumentando nuestra compasión y conexión, creando una actitud de nosotr@s, opuesta a una mentalidad del Yo vs. Tú. Cuando, de forma proactiva, nutrimos nuestro estado mental de entendimiento, nos acercamos a la gente de forma abierta, incluso cuando son personas difíciles, porque nos hemos comprometido a siempre mirar más allá de la superfície en vez de hacer juicios y supuestos.

Es imposible saber siempre porqué las personas actúan de la manera que lo hacen. Pero una actitud de entendimiento no nos requiere saber los motivos exactos de las historias de otras personas. Entender, al nivel más profundo, es como amar, un sentimiento incondicional hacia otro ser humano. Incluso cuando no conocemos su historia, igual podemos apreciar que los demás son susceptibles a las circunstancias y emociones cuando se mueven a través de las experiencias de la vida, exactamente igual que nosotr@s mism@s.

Forjando una actitud de entendimiento

Hay varias manera para desarrollar el entendimiento en tu vida, pero me encantaría compartir aquí un ejercicio de reflexión que siempre me ha ayudado mucho a entender y conectar más profundamente conmigo misma y con la humanidad.

Pensemos en un momento en el que perdimos el control, una situación que nos hizo enfadar mucho. Tal vez alguien de familia actuó de una manera que nos sentó mal o quizás en el trabajo alguien nos faltó al respecto. El por qué  lo hicieron no nos interesa, no importa: no vamos a intentar justificar su comportamiento ni tampoco vamos a juzgar si sus acciones fueron correctas o no.

Muy bien. Ahora que ya hemos recuperado esa memoria, nos dejamos sentir. Prestemos atención a las sensaciones se producen en tu cuerpo – la intensidad, el calor, y los pensamientos y emociones que vienen con esta memoria. Es normal sentirno incómod@s, no hay que preocuparse. Es importante mantenerse en esa memoria y no cambiarla, simplemente dejarnos sentir.

Cuando estemos sintiéndola, es importante reconocer que en ese momento fuimos incapaces de sentir paz interior, pues es imposible sentirse en paz cuando estamos reaccionando con rabia.

No estoy sugiriendo que la emoción de la rabia debería suprimirse. Simplemente estoy intentando que seamos capaces de reconocer la verdad de que es lo que sucede en nuestro interior cuando reaccionamos con rabia.  Cuando nos ocurre de forma inconsciente, no hay mucho que podamos hacer, pero si conseguimos prestarle atención, profundizamos en nuestra propia conciencia e incrementamos la habilidad de conectar con ella, estamos creando una oportunidad para poder decidir como queremos actuar.

Hace unos meses tuve una experiencia en una cafetería. Devolví mi bebida porque me dieron una diferente a la que había pedido. Cuando se lo dije a la camarera, me respondió de muy mala manera y me dijo que era yo que había pedido la bebida equivocada. Me cogió por sorpresa y la actitud de la chica me hizo sentir acusada de algo que no había hecho. Notaba como mi nivel de rabia se iba extendiendo por mi cuerpo y toda yo me estaba preparando para defenderme. Estaba a punto de reaccionar y empezar una discusión, cuando de repente, en vez de sentir mi rabia, pude sentir que la chica estaba nerviosa. Algo la estaba preocupando incluso antes de nuestra desafortunada interacción. Hay muchas razones por las cuales alguien puede estar nervios@ o de mal humor – una discusión, una ruptura, dolor de espalda crónico, la muerte de un ser querido, o el no poder pagar la hipoteca, por nombrar solo unas cuantas.

En ese momento en el que entendí su naturaleza humana, pude dejar ir mi enfado. Había tomado su reacción de forma personal, colocándome en un estado de Yo contra Ti. Estaba lista para luchar y defenderme, y lo hubiera hecho muy tranquila, sintiéndome justificada porque me sentía acusada falsamente. Pero si lo hubiera hecho, solo habría estado reaccionando a su reacción, y seguramente hubiéramos terminado con una discusión fea y yo no volviendo nunca más a esa cafetería.

Reacción contra Reacción = CONFLICTO

El mundo está ya tan lleno de conflicto que, si nosotr@s queremos crear más paz en el mundo, tenemos que hacer una decisión consciente de no tomar las cosas de forma personal y, en vez de eso, responder con entendimiento, comprensión, conexión y paz.

No digo que sea fácil, pero creo que hay momentos como este en los que se nos ofrece una oportunidad para vivir desde el corazón en vez de desde el conflicto. Para mí, este caso concreto demuestra como el entendimiento abrió mi corazón y creó una sensación de paz y de conexión con esa mujer. De alguna manera, ella debió de sentirlo, pues sin que yo dijera nada más, ella se suavizó. Fue como si aquellas malas vibraciones se disiparan y la camarera simplemente pidió una nueva bebida para mí. Lo que fuera que le estaba molestando de antes, aun estaba ahí, pero ella ya no lo estaba proyectando en mí.

Un momento de entendimiento puede cambiarlo todo.

El mundo necesita más amor (entendimiento)

Muy a menudo juzgamos y nos quejamos de las acciones de otra gente, pero, si nos pudiéramos pausar por un minuto y ser completamente sincer@s con nosotr@s mism@s, nos daríamos cuenta que muchas veces nosotr@s decimos o hacemos cosas muy similares. Cada persona tiene una historia personal diferente y específica, con sus experiencias y con sus traumas, que condicionan su personalidad única. Todo tenemos momentos en los que perdemos el control y la paz interior y, a pesar de que no sepamos con detalle las circunstancias y razones específicas de cada un@ en cada momento, somos capaces de vernos reflejados y entender.

En vez de perder nuestra energía juzgando y quejándonos de otr@s, es importante que intentemos ponernos en los zapatos del otro y entender que todo@s tenemos dificultades con retos emocionales parecidos. Esto nos permite estar más presentes y tener más compasión y empatía, ayudándonos a conectar de manera más humana.

Imaginemos un mundo en el que hay más gente que elige entendimiento y verdad en vez de reacción y conflicto. De todas formas, hay que recordarse que imaginar no es suficiente. Es un buen principio, pero necesita estar acompañado de acción. Necesitamos vivir desde el corazón, y entender es otro nombre para amor.

Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz. – Jimi Hendrix